¡¡QUÉ VIVA MÉXICO, CABRONES!!

Éste es EL GRITO. Inconfundible. El 16 de Septiembre de cada año, conmemorando las fiestas patrias, los mexicanos se reúnen en las plazas de sus ciudades y pueblos. Según como sea la tradición de cada sitio se disfrazan de época, hacen un pequeño desfile y a las 12 en punto de la noche lanzan el grito de la independencia conmemorando a los libertadores de la patria ante la opresión española:

¡Vivan los héroes que nos dieron patria!
¡Vivan los héroes de la independencia!
¡Viva Hidalgo!
¡Viva Morelos!
¡Viva Allende!
¡Viva Doña Josefa Ortiz de Domínguez!
¡Viva la Revolución Mexicana!
¡Viva Francisco I Madero!
¡Viva Benito Juarez!
¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡VIVA MÉXICO!!!!!!!!
¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡VIVA MÉXICO!!!!!!!!
¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡VIVA MÉXICO!!!!!!!!

Salvando MUCHO las distancias, el tono se asemeja a lo que se hacía en Santander el 20-N debajo de la estatua ecuestre que se encontraba enfrente del ayuntamiento.

Tras «El Grito», llega el tequila, el mariachi, la celebración y la «caza al español», la misma que el cura Hidalgo comenzó al tocar esa campana un 16 de Septiembre de 1810 y que cada año trae ríos de patriotismo y banderas festejando sus fiestas patrias.

Desde este pequeño rincón, comprado con dos latas de anchoas, una botella de orujo y unos cuantos sobaos, intentaré contaros por qué los cántabros somos miles en México desde hace muchas décadas, y lo intentaré hacer desde el punto de vista que no vemos en los telediarios en España, pero siempre, con mucho #PostureoCántabro.

Órale pues.