La delegada del Gobierno en Cantabria, Ainoa Quiñones, ha destacado el Centro Oceanográfico de Santander, del Instituto Español de Oceanografía (IEO), como “un organismo de referencia nacional, europea y mundial” gracias a los programas de investigación, conservación y observación que desarrolla su equipo científico y técnico de más de 80 personas.

Quiñones ha visitado este martes las instalaciones del IEO en el Promontorio de San Martín en Santander, sede principal del Centro en Cantabria, donde también cuenta con dos plantas de cultivos marinos de la zona del Bocal de la capital cántabra.

Acompañada de su director, Luis Valdés, la delegada del Gobierno ha recorrido los diferentes departamentos del Centro Oceanográfico de Santander que, con 135 años de historia, es la sede más antigua de las diez con las que cuenta el IEO, recientemente integrado en la estructura del Consejo Superior de Investigaciones Científicas como Centro Nacional.

Además de la larga trayectoria de este centro, Quiñones ha recordado que “cuenta con la única boya océano-meteorológica del IEO, la boya Augusto González Linares, una estación receptora de imágenes de satélite, y un mareógrafo operando desde 1943”.                                                          

“Este Centro Oceanográfico es reconocido como una de las principales instituciones científicas radicadas en Cantabria, contando con una gran aceptación social. En la actualidad cuenta con un equipo científico y técnico de más de 80 personas, repartidos entre la sede y la Planta de Cultivos de El Bocal”, ha destacado Quiñones.

COORDINACIÓN DE PROGRAMAS NACIONALES

Desde este centro del IEO en Santander se coordinan importantes programas nacionales de investigación como la evaluación de los recursos pesqueros del área ICES (Consejo Internacional de Exploración del Mar); y programas de conservación y preservación del medio ambiente marino, como por ejemplo la implementación de la Directiva Marco de la Unión Europea sobre las Estrategias Marinas.

El Centro Oceanográfico de Santander también coordina el proyecto INTEMARES sobre áreas marinas protegidas; y programas de observación del océano para estudiar su variabilidad temporal y tendencias, lo que incluye el análisis de los posibles cambios inducidos y relacionados con el calentamiento global.

En cuanto a la acuicultura, en los últimos años, este Centro Oceanográfico se ha especializado en cultivos de lenguado y en cultivos multitróficos.

Asimismo, hay que destacar que desde este centro se impulsó la creación del área marina protegida del Cachucho (equivalente por sus dimensiones a los Picos de Europa), lo que ha supuesto “un hito para la conservación del patrimonio natural marino español”.

Por otro lado, Valdés ha explicado a la delegada que el programa de muestreo que el Centro desarrolla frente a la costa de Santander, establecido y operando ininterrumpidamente desde hace 31 años, combinado con la boya oceánica AGL, “está considerado como un ‘Gold Standard’ internacional por la calidad de las observaciones”.

También, ha ensalzado que “la coordinación de la implementación de la Directiva Marco de Estrategias Marinas se coordina desde Santander para todo el territorio nacional, al igual que todas las actividades del área de pesca para toda España”.

CRECIMIENTO DEL CENTRO

Los investigadores del Centro del IEO en la capital cántabra participan en unas 15 organizaciones internacionales, en algunos casos ocupando puestos en la gobernanza de las mismas.

A lo largo de los cinco últimos años, el Centro Oceanográfico de Santander ha crecido de manera significativa y a lo largo de este año se prevén nuevas contrataciones hasta llegar al centenar de trabajadores (científicos, técnicos y administración).

El presupuesto del centro para gastos operativos supera los 900.000 euros y la financiación extrapresupuestaria (por proyectos ganados en distintas convocatorias de la Unión Europea, Plan Nacional, contratos y encomiendas del Estado, y las actividades comprometidas en el marco de los proyectos de Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia) representa “varios millones de euros”, ha detallado Valdés.