La respuesta de un restaurante de Santander a una crítica en TripAdvisor
Los dueños de hoteles y restaurantes prestan cada día más atención a las redes sociales y portales, una crítica en TripAdvisor por ejemplo, puede ser letal para el establecimiento.
En muchos casos, las críticas pueden ser inventadas o compradas para hacer daño a la competencia o un establecimiento, lanzadas incluso por personas que no han estado en el mismo. Pero también es cierto, que estos portales como TripAdvisor, sirven de referencia a muchos usuarios de buena fe a la hora de elegir dónde comer o alojarse.
En este caso le ha tocado a La Mulata, un conocido restaurante de Santander, el cual ha sufrido una dura crítica calificando su visita al local como «UNA ESTAFA«. Francisco B., gerente del restaurante santanderino ha sido contundente en su respuesta.
UNA ESTAFA
No hay nada como criar fama y echarse a dormir. Después de varios años de innumerables aperitivos y vermuts allí, nos decidimos a reservar allí para comer en familia celebrando un cumpleaños. Tengo que decir que no pudo salir peor.
Para empezar, siendo cuatro adultos y dos niños de tres y un año, sirven pan para todos, que luego cobrarán a 1,30 cada uno, es decir, 9,60 € en pan.
De entrantes pedimos rabas y pulpo a la parrilla. Las rabas, de las malas, de esas llenas de rebozado del que se despega nada más mirarlas. Y el pulpo, si bien venía como adobado o macerado en un sabor que no estaba mal, tenía un exceso de salsa considerable, no estaba terso sino como chicle, y era bastante escaso.
Como plato principal pedimos unas albóndigas de bonito y rodaballo al horno para tres. Lo del rodaballo fue el verdadero escándalo: nos sirvieron tres filetitos cuya suma en cantidad daría como mucho para una persona. Decir escaso es poco. Pero lo que es peor: el rodaballo venía nadando en agua, cosa incomprensible en un pescado hecho al horno. Estaba más hervido que hecho al horno. Y no solo eso, sino que estaba increíblemente soso e insípido. Me parece una estafa inadmisible. Cualquier rodaballo de piscifactoría que compres en un supermercado y hagas al horno está infinitamente más sabroso y es la mitad de barato.
En resumen, un sitio a evitar para la gente que de verdad aprecia la buena comida. Mucha fama pero cantidad escasa y preparación pésima. Debería darles vergüenza. 160 € tirados a la basura aguantando además a camareros de actitud bastante repelente.
Solo hacerle tres aclaraciones:
– usted pidió rabas de peludin que no tiene nada que ver con rabas de calamar que también están en carta, aunque son más caras.
– las raciones de pescado son siempre de por lo menos 1/2 kg y su Rodaballo pesó 1,5 kg para tres comensales. No sé como sabe ese Rodaballo que compra usted de piscifactoria; los nuestros son siempre salvajes.
– los camareros “repelentes” que usted nombra, son unos grandes profesionales y como si fueran de mi familia, respondo por ellos pero le recuerdo que esos camareros “repelentes” tuvieron que llamarle la atención cuatro veces porque los niños estaban tirados por el suelo y corriendo por el comedor, que como recordará, estaba lleno.
También le recuerdo que estuvieron toda la comida discutiendo entre ustedes.
La verdad que pienso que 156,24€ con una botella de reserva y lo contado anteriormente me parece una ganga.
Buenas tardes.
Las crítica en TripAdvisor (AQUÍ)
Jajaja, todos alabando que el restaurante conteste a una crítica desfavorable atacando personalmente al cliente. La crítica la escribí yo con mi nombre y apellidos, nada de anónimo. El pescado fue una estafa y lo sigo diciendo. No soy ningún guiri, una raja de 200 g bañada en agua para parecer más fresca es un tongo se mire como se mire. Y lo peor es que basen su respuesta en cosas falsas como que ¿estuvimos discutiendo toda la comida? Me descojono, vaya profesionales. Aparte de que no es verdad, si lo fuese, ¿es relevante eso para juzgar la calidad de la comida? ¿Y es que acaso se meten en las conversaciones de los clientes? Y luego leer que los niños estaban tirados por el suelo… los niños estuvieron sentados en la mesa toda la comida y de hecho los camareros nos dijeron textualmente que «vaya bien que se estaban portando», y estuvieron levantados los últimos diez minutos acompañados siempre por un adulto que se aseguraba que no molestasen al resto de las mesas y así nos lo confirmaron el resto de clientes. Pero, en fin, que pongan un cartel de «No se admiten niños» si no quieren verlos en su restaurante. Independientemente de todo eso, un poco menos de fanatismo no vendría mal. Aplaudir sin más que un restaurante conteste sin un mínimo de autocrítica y casi insultando a los clientes porque sí y sin conocer la otra versión no deja de ser borreguismo puro y duro.
Ubicado en la localidad de Comillas (Cantabria) y con 853 (Un 93%) opiniones PÉSIMAS, es el peor valorado de España en la web TripAdvisor durante 2016 y repite en 2017:
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