REBUSCANDO EN LA HISTORIA DE CANTABRIA A TRAVÉS DE LOS NOMBRES DE SUS PUEBLOS (II)

Continúanos REBUSCANDO EN LA HISTORIA DE CANTABRIA A TRAVÉS DE LOS NOMBRES DE SUS PUEBLOS.

Topónimos basados en instituciones

Las instituciones, el mundo del Derecho, también ha ido dejando su huella en la toponimia de esta región, describiendo de esa forma lugares muy concretos que eran denominados así por una razón precisa de origen legal.

Así, por ejemplo, el topónimo Hazas, bastante habitual en Cantabria (Hazas de Soba, Hazas de Cesto o Hazas de Liendo), hace referencia a las hazas o suertes, porciones de terrenos comunales que cada año eran sorteados entre todos los vecinos, con el fin de que todos disfrutaran a lo largo del tiempo tanto de las porciones menos valiosas como de las más ricas… tranquilo, te lo explicamos mejor en otro capítulo de este mismo libro. Quede aquí únicamente esta pequeña descripción.

Hazas de Cesto

Igualmente en Cantabria existen muchos lugares cuyo nombre deriva del impuesto llamado el Quinto del Rey, consistente en el pago obligatorio del veinte por ciento al monarca sobre cualquier descubrimiento de fortuna oculta o pieza cobrada. También se utilizaba este nombre en ocasiones para denominar el impuesto especial que había que hacer efectivo al monarca en ocasiones de necesidad, y que comprendía la quinta parte de las siembras de un lugar. Así, en Cantabria tenemos topónimos como el Alto de las Quintas, entre Santillana del Mar y Queveda, la Cuesta de Quintana, en Polanco, o los pueblos de Quintana de Soba, Quintana de Toranzo y Quintanilla de Lamasón.

Quintanilla de Lamasón

Los deslindes e hitos también tienen protagonismo en nuestra toponimia, como en el pueblo valluco de Villaverde del Hito y su vecino Santa María de Hito, que, como su propio nombre indica, son limítrofes entre Cantabria y Burgos, y más antiguamente entre el Corregimiento de la Merindad de Campoo y el corregimiento de las Siete Merindades de Castilla Vieja.

Iglesia de Villaverde de Hito

En ocasiones los mecanismos judiciales tradicionales también sirven para bautizar a los lugares donde radican. Así, por ejemplo, en el propio Valle de Valderredible existe un pueblo llamado Cadalso, donde supuestamente se llevaba a cabo en última instancia la justicia del Valle, seguramente en la torre defensiva de carácter medieval que en ese pueblo existe. Es decir, era un “cadalso”.

Ermita rupestre de Cadalso

Justo enfrente de la desembocadura del Pas, por su parte, existe un monte llamado Picota. Gracias a labores arqueológicas y al auxilio de la documentación sabemos que en la Edad Media, a finales del siglo XIII o comienzos del siglo XIV, la poderosa Casa de la Vega erigió un castillo en esa zona que llegaría a ser el centro administrativo y judicial de toda la comarca de la Vega, que posiblemente diera nombre a todo el monte al situarse en el mismo la picota de la zona. Esa picota era una columna de piedra donde se ataban los reos de diversos delitos para exponerles al oprobio público en época medieval y moderna. Es decir, un sitio donde los culpables tenían que aguantar la vergüenza de las miradas inquisitoriales de sus vecinos… y, seguramente, muchos de sus insultos. Por cierto, si quieres visitar actualmente una de estas picotas puedes encontrar un bello ejemplar en Pesquera… y algunos otros repartidos por toda Cantabria que te iremos contando con el tiempo, claro.

La Picota

Por último (por ahora) se pueden destacar casos donde los topónimos actuales hacen referencias a instituciones territoriales antiguas, como Alfoz de Lloredo (un alfoz era un conjunto de pequeñas aldeas que dependían de una autoridad central, normalmente radicada en una villa o población mayor), la Hermandad de Campoo de Suso (una hermandad era una agrupación de varios concejos en la comarca campurriana con ciertas capacidades autonormativas y de control de recursos naturales) o el topónimo popular de Junta de Voto (una junta era un cuerpo idénticos al de esa hermandad antes descrita, pero radicada en la zona del Corregimiento de las Cuatro Villas).