El embalse del Ebro es uno de esos lugares en los que más paz se respira de Cantabria. Pero también lleno de magia, como muestra esta fotografía de O. Garamond.

El embalse del Ebro fue construido entre los años 1921 y 1945, aunque no fue inaugurado hasta 1952.Para su puesta en servicio fueron anegados completamente los pueblos de Medianedo, La Magdalena, Quintanilla y Quintanilla de Bustamante. En inicio se planteó una serie de compensaciones para la comarca, como la construcción de viviendas para los afectados, la instalación de industrias en la zona, un sistema de transporte mediante embarcaciones para unir las dos orillas del embalse o la construcción de un ramal del tren minero de la Robla que llegaría hasta Reinosa. Sin embargo ninguna de las promesas se cumplió para desgracia de los habitantes de la zona.