
Según fuentes cercanas, la de Cacho para ser más exactos, la famosa Playa del Camello de Santander (Cantabria) llevaba en el punto de mira de la ley mucho tiempo: Torneos de palas clandestinos, peleas de cangrejos con apuestas, botellones todas las noches y como consecuencia la mar con resaca… Se ha visto de todo y nada es legal. La Policía Nacional de Santander tiene motivos para estar contenta.
«Son muchos años de seguimiento e investigación. El camello controlaba todo el cotarro y tenía a los bañistas atemorizados. Hemos luchado contra viento y marea. Le tenemos».
El agente ‘Pascual‘, encargado de la investigación, nos ha dado más detalles acerca del caso.
«Creemos que alguien estaba dándole el chivatazo. No es normal que justo cuando le íbamos a detener siempre se escabullese, lo cual por cierto coincidía con la pleamar. Curioso».

Cuando la policía ya estaba a punto de darse por vencida, una llamada hizo saltar las alarmas. Era la Jenny, la paya del camello, una ex novia despechada que le delató y puso todas las pruebas sobre la arena.
«Es un cerdo, un mentiroso y un chulo, pero me sigue poniendo. ¿Me entiendes?»
El camello no volverá a molestar a nadie. Los bañistas podrán hacer vida normal y pasear tranquilos por la costa que desde hoy se llamará Playa del Dromedario.
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